Mañana del
día 29 de Mayo, escuchando la radio. Cuestiones sobre la sentencia. Cómo el PP
estableció un sistema institucional de corrupción para robar y establecer una
ya probada judicialmente caja B y financiar elecciones. Condena como
beneficiario a título lucrativo: aprovecharse del dinero robado sin saber que
era robado. El problema radica, según escucho, en que de haber estado vigente
el Código Penal actual, habría sido imputado por delitos penales, según
comentarios de la propia Fiscalía, ya que hasta el año 2010 no permitía imputar
este tipo de delitos a partidos políticos. Cospedal en directo, Comisión de
Investigación en el Congreso. Afirmaciones incorrectas en su declaración en la
Comisión de Investigación en el Congreso: dos magistrados duda de la
declaración del testigo Rajoy. Falso –que ya sería grave–: dudan los tres
magistrados de forma unánime.
Leo y escucho
que hay quien afirma que la inestabilidad que está afectando a la bolsa y a la
prima de riesgo –hacía tiempo que no hablábamos de nuestra querida prima– viene
determinada por la moción de censura presentada por el PSOE. Cualquiera que me
haya leído, sabe que los socialistas no son santo de mi devoción: aunque su
ideario se acerca más a mis convicciones que las que defiende un partido como
el PP, no les considero suficientemente limpios como para poder ser fiables.
Pero volvamos al texto: el argumentario, por lo tanto, es no presentar una
moción de censura. Como si lo del párrafo primero no pasara, o no fuera
urgente. No se habla de la evidencia: Mariano Rajoy debería haber dimitido y
convocado elecciones, y eso es lo que provoca la inestabilidad, la necesidad de
que la sociedad española representada en el Congreso le obligue a irse. ¿No
veis la tragedia? Es terrible lo asumido que tenemos en España esa gran verdad:
aquí nadie dimite por nada. O al menos muy poca gente. Por lo tanto, yo afirmo
que si hay inestabilidad, ésta la provoca Mariano Rajoy por no dimitir, porque
nos obliga a buscar la forma de echarle.
Pero hablemos
de estabilidad. ¿Qué es la estabilidad? Dice la RAE que es algo que tiene la
cualidad de estable; y, sobre el adjetivo estable, que se mantiene sin peligro
de cambiar, caer o desaparecer. Que se mantiene sin peligro de cambiar. La
estabilidad económica que se pretende mantener en este país, por tanto, supone
que nada ha de cambiar para que los parámetros no se deterioren. Es decir, nos
plantean que tenemos que tragarnos la estabilidad de un sistema institucional
de corrupción para evitar que la situación se vuelva inestable. Pero es que la
inestabilidad, en este caso, puede ser lo más deseable: nos puede permitir
cambiar la situación para que esta sea mejor que la que tenemos. Podemos pasar
a tener una situación en la que los políticos sepan que robar no sale gratis,
que al final, se acaba pagando, y, por lo tanto, que tengan en incentivo
necesario para no delinquir.
Analicemos
qué es la estabilidad. Una mujer maltratada vive una situación de tremenda
estabilidad: sabe que las palizas son permanentes. Un niño que pasa hambre en
África también tiene una situación de estabilidad absoluta: no come lo que
necesita de manera estructural. La sociedad española tiene, desde hace años,
una situación de estabilidad enorme, pero no envidiable: la maltratan de manera
sistemática. La situación de deterioro de la Sanidad y de la Educación es
estable. La falta de inversión en I+D+i es terriblemente estable: se deteriora año
tras año, y nos condena a un futuro de extrema estabilidad carente de valor
añadido en sus procesos productivos. La situación de estabilidad de las
instituciones también es más que notable: se conoce perfectamente su endogamia,
politización y falta de eficiencia en sus fines fundacionales o
constitucionales. La falta de medios en los organismos de control como son la
Justicia, la Agencia Tributaria, la Intervención General de la Administración
Tributaria es estable desde hace años, no cambia nada.
No soy tonto,
aunque lo parezca: cuando me hablan de estabilidad sé que hacen referencia a
las tasas de crecimiento de la macroeconomía. Lo que yo me pregunto es si la
gente no se da cuenta de que la estabilidad miserable de la que he hablado en
los anteriores párrafos está lastrando a la economía española, impidiendo sea
buena de verdad, no esa que tenemos hoy en día, que acepta crecer a corto plazo
hipotecando sin ninguna vergüenza el crecimiento a largo mediante el
establecimiento de una estructura social, económica y política verdaderamente
fuerte. Porque lo que sí que podemos aceptar como desgraciadamente estable son
las promesas de nuestros políticos sobre reformas auténticas que solventen lo
que antes mencionaba y la miserable gestión que hacen de ellas cuando llegan al
poder. ¿Estabilidad, me decís? Pues vale, pero eso sólo es una palabra vacía que
por desgracia tiene el contenido que os presento. Sinceramente, creo que España
debería plantearse consumir menos de esa estabilidad cortoplacista y ahorrar para
poder tener una estabilidad a largo plazo que le permita ocupar tantos recursos
ociosos como tenemos. Y esto sí que es verdadera economía, no la de asumir la
trágica realidad de ser robados por quienes dicen defender los intereses
generales. Y no me entréis en lo de la buena gestión, porque esto, per se, ya
la convierte en nefasta.
Alberto Martínez Urueña
29-05-2018