Cataluña se
declaró independiente a finales de 2017. Rajoy tuvo un lapsus linguae en el
Parlamento y ratificó la decisión del Parlament y, en un prodigioso alarde de
orgullo personal, se negó a rectificar lo que con su estupidez había
confirmado. No sabemos nada de él. Una sombra oscura y siniestra, bajita y con
bigote, se alzó sobre él esa misma madrugada, junto con varios de sus arcángeles
del Mal y se le llevó a dar un paseo. De la boca bigotuda salían múltiples
voces que gritaban “A por ellos”, y que a los abuelos que vivieron los días
previos a la Guerra Civil, les resultaron conocidas.
Los catalanes
salieron a la calle a celebrarlo, y el primer día fue cojonudo. El segundo, su
nuevo molt honorable president les pidió que volvieran a sus casas y a sus
trabajos, pero al tercer día los celebrantes le pidieron que solucionara la
otra brecha social en Cataluña. La de los abandonados por aquella cosa que
había creado el Estado español. Lo de la crisis del dos mil ocho.
Automáticamente, el president, en una rueda de prensa digna de los más altos
defensores de la visión una, grande y libre de la nación española, ordenó
desalojar las calles por la fuerza. Y esos ángeles del 1-O llamados mossos d’esquadra,
sacaron los dientes y se comportaron de la misma manera que se habían
comportado en aquella ocasión en que Artur Mas tuvo que llegar al Parlament en
helicóptero. Las bolas de goma volaron libres e independientes, aunque tal
independencia no fue tan celebrada como la lograda en política. La primera ley
del Parlament fue la Ley de Amnistia –al más puro estilo estado postfranquista
y opresor– para todos los condenados o investigados por el Estado español
opresor. La fiesta celebrada en la masía de la familia Pujol fue la más sonada en
Cataluña desde que la selección nacional del Estado español opresor ganara el
Mundial de 2010.
Dos años
después, el molt honorable president fue visto en la televisión pública TV3 –a
cuyos directivos nombró uno por uno haciéndoles jurar el cargo sobre el cheque
de su primera nómina– en una rueda de prensa sin preguntas, justificando la
caída del 20% del PIB de la República Catalana por culpa del Estado español
opresor, que prohíbe su entrada en cualquier organismo internacional en el que
tenga influencia. Asimismo, pide paciencia a sus ciudadanos y asegura que “en
el menor tiempo posible” logrará que el IPC catalán baje de las tres cifras.
Igualmente, asegura que la tasa de malnutrición infantil que sufren los niños
de las zonas rurales, cuyas cifras publicaron las ONG’s internacionales,
cómplices del Estado español opresor, son falsas. Y las fotos de los niños
catalanes llorando, retocadas. Ya nadie llora en la República Catalana.
En una,
grande y libre España ya nadie se acuerda de Rajoy salvo cuando algún gaditano
hace un chiste de gallegos. El PP tiró balones fuera y la culpa de lo de
Cataluña fue culpa de la izquierda que quiere romper el país, y el hecho de que
fueran ellos los que gobernaban no es relevante, porque fue por “ese señor del
que usted me habla” y que ya no pertenece al partido. De hecho, ante el mutis
de Mariano, el PP eligió por unanimidad como dirigente del Gobierno y
Secretario General, ¡tantachán!, a Rafael Hernando. El nivel de presión sobre
el poder judicial fue incrementado cuando Pedro Sánchez fue fotografiado con
una menor y, por fin, Susana Díaz pudo salvar al PSOE de sus miserias. No le
importó a nadie que la fotografía fuera evidentemente un montaje y que ese
cuerpo que le pusieron a Pedro tuviera los pechos de Malena Gracia. Los chistes
y memes que se hicieron al respecto eran mucho más graciosos que la fría
realidad; y además, todo esto sucedió al mismo tiempo que el indulto de
Bárcenas y la decimocuarta Champions ganada por el Madrid, por lo que los hechos
referidos pasaron a ocupar una triste columna en la sección de espectáculos en
el diario El País. Paco Marhuenda y Eduardo Inda abofetearon de manera
reiterada a un contertulio de la Sexta Noche que se atrevió a cuestionar la
veracidad de la instantánea y la sanción por agresión que les impusieron salió
de la partida de fondos reservados del Ministerio del Interior. Todo muy legal
desde la modificación de la Ley General Presupuestaria.
Gracias al
orgullo patrio que generó la caída a los infiernos de Cataluña, la una grande y
libre España pudo sobrellevar los casos judiciales que afectaban a su clase
política. La coalición parlamentaria Hernando-Díaz por fin pudo aprobar la ley
por la que el Gobierno pasaba a nombrar a diez de los doce miembros del
Tribunal Constitucional, elegidos de entre miembros de reconocida trayectoria en
sus propias direcciones estatales que hubieran tenido algún tipo de contacto
con el poder judicial en los últimos treinta años. De esta manera, Pedro
Antonio Sanchez, Jaume Matas y Rodrigo Rato tuvieron una nueva oportunidad de
congraciarse con el Estado mediante la prestación de sus valorados servicios y
obtuvieron tres de los puestos vitalicios del Tribunal. Igualmente pasó con el
Consejo General del Poder Judicial y con el Tribunal Supremo. Entre todos ellos
obtuvieron el argumento jurídico para que los partidos afectados por casos de
corrupción pudieran cumplir sus condenas mediante la prestación de servicios a
la comunidad remunerados en cargos de dirección política, una nueva condena
judicial de amplia aplicación desde aquellos tiempos. Así, nadie queda impune por
delitos de corrupción, aunque eso sí, no entran en la cárcel si declaran
sentirse muy arrepentidos. La única condición establecida en el procedimiento
reglado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal es que lo juren sobre una copia
del Antiguo Testamento, o en su defecto, sobre una camiseta de la roja. Hoy en
día, tampoco llora nadie en España. Está muy mal visto, porque joder, los
catalanes se independizaron, vale, pero están jodidos de la hostia.
Alberto Martínez Urueña
25-10-2017
3 comentarios:
Hola Alberto, cada día me resulta más emocionante leerte. No se si habrás leído En el día de hoy, de Jesús Torvado. Fue Premio Planeta en 1976, y posteriormente censurado. La narrativa es similar a la tuya. Espero poder seguir leyéndote, aunque cada día es más difícil creer que su excremencia murió.
Un abrazo
Buenas, Chema. No te haces idea de la alegría que me supone saber de ti. Siempre has sido una persona de la que me acuerdo cuando hablo, entre otros, de estos temas, y me gusta intentar adivinar qué pensarás tú de todo esto. Eres un referente desde esas conversaciones mañaneras que tejíamos entre Celso, Carlos Salinas, tú y yo en el Ministerio. Y con otras cosas que me contaste de tus vivencias.
Espero que todo te vaya bien, a ti y a tu familia, con ese hijo artista que tienes.
Un abrazo muy fuerte.
Gracias por tu comentario. espero que tus mellizos y esposa estén bien. Este verano acudí a dos conciertos, creo que en el patio de San Benito, y me acorde de tí.
Espero recuperases la salud trsn tanto estrés.
Un abrazo
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