Los viajes en
tren, ya no tan frecuentes, dan para poder leer alguna de esas noticias que
tienes guardada y para la que no sacas tiempo. Me gusta leer sobre tecnología,
y gracias a eso, he podido enriquecer mis criterios sobre estos temas, y
descubrir cómo múltiples trabajadores –en realidad, extrabajadores– de compañías
tecnológicas como Google, Facebook o Apple, tenían sus reticencias con respecto
a esa tecnología que vendían, e incluso, con el tiempo, se arrepintieron de
algunos de sus productos o implementaciones de los mismos. Hablo de la función
compartir, de la función “Me gusta” y algunas otras que, dicho por ellos
mismos, cito, explotaron "una
vulnerabilidad de la psicología humana" y añade que trabajaron de forma
consciente para que todas las interacciones tuvieran un efecto similar a la
dopamina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de placer y
recompensa en el cerebro. "Teníamos que dar un poquito de dopamina cada
rato. O bien porque alguien había dado a me gusta o porque habían comentado tu
foto", matiza. Lo dice todo, y el que no quiera verlo, es porque se ha
arrancado los ojos. Cuidado, porque esto que pretendieron explotar en este caso
es la base de todas las teorías de marketing que se utilizan para que los
escaparates te atrapen, para que pagar con tarjeta –o mediante un click en una
página web– duela menos que al contado, o para que al entrar en una tienda, el
ritmo de la música te atrape con su alienante frenesí.
Leía, como os
digo, noticias de tecnología, y me encontré con varias que quería comentar con
vosotros. Varias de ellas hablaban de calendarios y aplicaciones para poder ser
más ordenado, o en realidad, como reconocían a lo largo del artículo, ser más
productivo con tu tiempo. Seguro que habrá quien piense que esto es
objetivamente positivo: la capacidad para ordenar tu vida de una forma en que
te dé tiempo para hacer más cosas en el mismo tiempo, y así aprovecharlo y que
no se te escape entre los dedos.
Otra noticia
más hacía referencia a esas aplicaciones que te permiten entrenarte sin necesidad
de salir de casa, haciendo determinados ejercicios y determinadas rutinas que
puedes realizar en solitario, sin necesidad de trasladarte al gimnasio y poder
sacar el tiempo necesario para llevar un estilo de vida lo más saludable
posible. No en vano, existen multitud de artículos en Internet que abogan por
la necesidad de hacerlo, y así poder tener una vida mucho más plena y más sana,
y lo positivo que resulta, cuando sales de la oficina, dedicar unas horas de la
semana a quemar unas cuantas calorías. Además, si consigues quitarte esos
kilitos de más, pues estupendo.
Continuando
por este periplo en la red, me encontré también con aplicaciones de agregados
de noticias, los cuales hacen una búsqueda por y para ti, para ahorrarte el
tiempo de tener que hacerlo y poder dedicarte a lo importante. Ellos deciden,
en base a esos análisis del Big Data que extraen de tu historial de navegación,
cuáles pueden ser las noticias que sean de tu interés –añadiéndolas, por
supuesto, esos útiles anuncios sobre posibles productos de compra que siguen
fielmente las últimas búsquedas que has realizado–, discriminándolas de
aquellas que no se ajusten a tus inclinaciones políticas, temáticas o sociales.
Llegados a
este punto, no porque llegase a la estación del Campo Grande, preferí dejar la
lectura y relajarme sobre el asiento. Mirar por la ventana, y ver ese paisaje
que tantas veces he contemplado, del pinar de Antequera y sus estribaciones por
Viana de Cega, y luego los barrios del Sur de mi ciudad. Así, de paso, dejaba
de pensar que el mundo se iba a la mierda, cuando en realidad lo que me puede
pasar es que me estoy haciendo viejo y no entiendo las nuevas tendencias. Quizá
el cambio de paradigma de lo analógico a lo digital no sea tan malo, por mucho
que a mí, ciertas cuestiones que leo en Internet me pongan los pelos de punta.
Ser eficaz
con tu tiempo es una cosa estupenda, siempre y cuando el tiempo que luego te
sobra lo utilices de forma apropiada. Si para lo único que sirve es para
afrontar una nueva actividad que puede retroalimentar esa sensación de que no
te da tiempo a nada, y a la necesidad pueril de ser aún más eficiente, es mejor
ser un patán y hacer las cosas con calma. Y lo que no de tiempo, se queda sin
hacer. No hay nada más importante que el sosiego y la tranquilidad, y lo demás,
son mierdas empresariales que nos han metido en la cabeza a golpe de publicidad
irresponsable e interesada.
Llevar una
vida sana por supuesto que es fabuloso, siempre que no se convierta en una
obsesión de gimnasio que te lleve por la calle de la amargura porque tienes que
ir deprisa y corriendo, intentando ser supereficiente con tu tiempo, y que
puedas hacer de todo en las veinticuatro horas del día. Lo que ganas por un
lado, lo pierdes por otro, y si luego sólo duermes cuatro, o a lo sumo cinco,
no importa: eso es muy español y mucho español, y a fin de cuentas, dormir está
sobrevalorado y es una pérdida tiempo.
No te digo ya
lo de que los agregadores de noticias te ahorren tener que buscar la
información que se ajusta a tu perfil. Te puedes evitar leer o escuchar a
personajes que piensan diferente y así poder seguir viviendo en esa arcadia
feliz en donde el mundo es justo lo que a ti te parece que debería ser. Y toda
esa gente que opina diferente, sólo son imbéciles incapaces de ver la realidad.
Y además, seguro que no saben gestionar su tiempo.
Alberto Martínez Urueña
21-02-2018
PD.: se ha puesto muy de moda eso del Mindfulness para poder
ser aún más hipereficiente, y lo están usando incluso las empresas para
explotar a sus trabajadores y que no se muevan de sus sillas, pero esto merece
al menos un artículo completo. Ahí lo dejo.
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