Podría
deciros que os aburrierais un rato investigando cómo se determinan ciertas
cifras de Contabilidad Nacional, que es un método oficial y uniforme para
sintetizar datos económicos, ya sea a nivel de un país o de una región
determinada. En todo caso, es utilizada por la Unión Europea para contabilizar
datos de sus Estados Miembros, y entre otros, estaríamos hablando del tan
conocido por todos Déficit Público, o el PIB o la Renta disponible en cada
territorio.
En los últimos
días se han ofrecido ya estos datos por parte del Gobierno español, así como
datos de otros organismos como el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, la
Comisión Europea y otros. En ellos, casi por consenso, echan por tierra las
perspectivas nacionales, pasando de un -0,5% de crecimiento que argumenta el
Gobierno a un -1,5% de media entre ellos. Incluso algunos analistas
estadounidenses hablan de cifras de decrecimiento superiores. De hecho, el
único que da un decrecimiento inferior al 1% es el ejecutivo de Mariano Rajoy.
Por otro
lado, tenemos el dato del déficit público, superior al 6,2% al que se habían
comprometido a comienzos del año 2012, alcanzando una cifra del 6,7%, no muy
superior, es cierto, e inferior al 8% del año 2011 del cual no se responsabilizan,
como es obvio. Sin embargo, en el año 2011, para el cálculo de esas cifras, se
incluyeron en la partida de gastos las ayudas a la banca, mientras que este año
se han sacado del cómputo. Incluyendo estos datos (40.000 millones de euros
redondos), estaríamos hablando de un Déficit Público del 9,9%.
Uno de los
datos de los que se ha congratulado Cristóbal Montoro y su equipo ha sido la
reducción del Déficit Exterior (lo que debemos menos lo que nos deben), debido
a la reducción del consumo interno (eso es mérito suyo, sin duda, pues los
españoles cada vez pueden consumir menos) y un aumento de las exportaciones
(que no es mérito suyo, salvo si consideramos que la reforma laboral ha
abaratado los costes laborales, es decir, nuestro sueldo, y de esta manera
hemos ganado en competitividad). Sin embargo, he de decir que, como
consecuencia de que la crisis en los países de nuestro entorno, principales
destinatarios de nuestras exportaciones, el ritmo de éstas se ha visto
sensiblemente reducido.
Nuevos estudios
económicos, considerando nuevos datos, nuevos métodos y nuevas perspectivas
acerca de los resultados de la reducción del Gasto Público sobre la Recaudación
Pública, sobre el Déficit y sobre el Crecimiento Económico ponen de manifiesto
que el discurso predominante entre las élites políticas europeas es, cuando
menos erróneo. Para los que sepan algo de Economía, han demostrado que la
elasticidad del gasto público con respecto a los ingresos es superior a 1, con
lo que una reducción de 1 en el gasto público, supone una disminución de los
ingresos en una cuantía superior a esa unidad. Se habla de una elasticidad que
ronda el 1,5, y no ese 0,7 del que hablaban para justificar estas medidas.
Uno de los
motivos con que nos han bombardeado durante todo este tiempo ha sido que la
sociedad española ha vivido por encima de sus posibilidades durante demasiado
tiempo. La deuda pública española antes de la crisis, era más de 20 puntos
inferior a la deuda alemana. Esa deuda podría ser una medida de ese “vivir por encima”
del que nos acusaban nuestros vecinos del Norte, y quedaría, al menos en
entredicho, ese discurso demagógico y falso. A este respecto, como ejemplo, se
calcula que en España se han producido unos 400.000 desahucios desde el inicio
de la crisis. ¿Cuántas familias tienen una casa en propiedad en este país? Los
datos del INE sobre el número de viviendas en España más actualizados son del
año 2001, y hablan de un número de viviendas de 20.000.000 redondos. Esto
supondría que, si consideramos que TODOS los desahuciados han vivido por encima
de sus posibilidades, estaríamos hablando de un 2% de personas. No creo que
esto fuera motivo para hacer generalizaciones.
Todo este
ejercicio de síntesis que os expongo es por los siguientes motivos: en primer
lugar, somos varios (incluyendo personas con una indudable credibilidad, no
como yo) los que pensamos que el Gobierno hace las cuentas con una, cuando
menos, excesiva alegría, cuando no manipula las cifras para que beneficien. Me
da igual si esto lo han hecho y lo hacen todos: no voy a entrar en el discurso
del “y tú más”. Estamos donde estamos y yo hablo del Gobierno que ahora está en
La Moncloa.
En segundo
lugar, esa manipulación está hecha por distintos motivos, entre los que se
encuentran hacer sentir culpables a los ciudadanos, responsabilizándoles de una
situación de la que no tienen ningún delito como sociedad, en cuanto que si
hubiera responsables, sería una pequeñísima parte de la ciudadanía que no
podría ser extrapolable a la totalidad.
¿Qué hay
detrás de toda esta situación? ¿Qué se esconde detrás de esta crisis? Qué
queréis que os diga, cada vez hay más voces que argumentan motivos que van más
allá de la simplista explicación económica, y cada vez hay más motivos para que
yo me adhiera a ellas.
Alberto Martínez Urueña
1-03-2013
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