sábado, 2 de marzo de 2013

Datos y posibles implicaciones


            Podría deciros que os aburrierais un rato investigando cómo se determinan ciertas cifras de Contabilidad Nacional, que es un método oficial y uniforme para sintetizar datos económicos, ya sea a nivel de un país o de una región determinada. En todo caso, es utilizada por la Unión Europea para contabilizar datos de sus Estados Miembros, y entre otros, estaríamos hablando del tan conocido por todos Déficit Público, o el PIB o la Renta disponible en cada territorio.
            En los últimos días se han ofrecido ya estos datos por parte del Gobierno español, así como datos de otros organismos como el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, la Comisión Europea y otros. En ellos, casi por consenso, echan por tierra las perspectivas nacionales, pasando de un -0,5% de crecimiento que argumenta el Gobierno a un -1,5% de media entre ellos. Incluso algunos analistas estadounidenses hablan de cifras de decrecimiento superiores. De hecho, el único que da un decrecimiento inferior al 1% es el ejecutivo de Mariano Rajoy.
            Por otro lado, tenemos el dato del déficit público, superior al 6,2% al que se habían comprometido a comienzos del año 2012, alcanzando una cifra del 6,7%, no muy superior, es cierto, e inferior al 8% del año 2011 del cual no se responsabilizan, como es obvio. Sin embargo, en el año 2011, para el cálculo de esas cifras, se incluyeron en la partida de gastos las ayudas a la banca, mientras que este año se han sacado del cómputo. Incluyendo estos datos (40.000 millones de euros redondos), estaríamos hablando de un Déficit Público del 9,9%.
            Uno de los datos de los que se ha congratulado Cristóbal Montoro y su equipo ha sido la reducción del Déficit Exterior (lo que debemos menos lo que nos deben), debido a la reducción del consumo interno (eso es mérito suyo, sin duda, pues los españoles cada vez pueden consumir menos) y un aumento de las exportaciones (que no es mérito suyo, salvo si consideramos que la reforma laboral ha abaratado los costes laborales, es decir, nuestro sueldo, y de esta manera hemos ganado en competitividad). Sin embargo, he de decir que, como consecuencia de que la crisis en los países de nuestro entorno, principales destinatarios de nuestras exportaciones, el ritmo de éstas se ha visto sensiblemente reducido.
            Nuevos estudios económicos, considerando nuevos datos, nuevos métodos y nuevas perspectivas acerca de los resultados de la reducción del Gasto Público sobre la Recaudación Pública, sobre el Déficit y sobre el Crecimiento Económico ponen de manifiesto que el discurso predominante entre las élites políticas europeas es, cuando menos erróneo. Para los que sepan algo de Economía, han demostrado que la elasticidad del gasto público con respecto a los ingresos es superior a 1, con lo que una reducción de 1 en el gasto público, supone una disminución de los ingresos en una cuantía superior a esa unidad. Se habla de una elasticidad que ronda el 1,5, y no ese 0,7 del que hablaban para justificar estas medidas.
            Uno de los motivos con que nos han bombardeado durante todo este tiempo ha sido que la sociedad española ha vivido por encima de sus posibilidades durante demasiado tiempo. La deuda pública española antes de la crisis, era más de 20 puntos inferior a la deuda alemana. Esa deuda podría ser una medida de ese “vivir por encima” del que nos acusaban nuestros vecinos del Norte, y quedaría, al menos en entredicho, ese discurso demagógico y falso. A este respecto, como ejemplo, se calcula que en España se han producido unos 400.000 desahucios desde el inicio de la crisis. ¿Cuántas familias tienen una casa en propiedad en este país? Los datos del INE sobre el número de viviendas en España más actualizados son del año 2001, y hablan de un número de viviendas de 20.000.000 redondos. Esto supondría que, si consideramos que TODOS los desahuciados han vivido por encima de sus posibilidades, estaríamos hablando de un 2% de personas. No creo que esto fuera motivo para hacer generalizaciones.
            Todo este ejercicio de síntesis que os expongo es por los siguientes motivos: en primer lugar, somos varios (incluyendo personas con una indudable credibilidad, no como yo) los que pensamos que el Gobierno hace las cuentas con una, cuando menos, excesiva alegría, cuando no manipula las cifras para que beneficien. Me da igual si esto lo han hecho y lo hacen todos: no voy a entrar en el discurso del “y tú más”. Estamos donde estamos y yo hablo del Gobierno que ahora está en La Moncloa.
            En segundo lugar, esa manipulación está hecha por distintos motivos, entre los que se encuentran hacer sentir culpables a los ciudadanos, responsabilizándoles de una situación de la que no tienen ningún delito como sociedad, en cuanto que si hubiera responsables, sería una pequeñísima parte de la ciudadanía que no podría ser extrapolable a la totalidad.
            ¿Qué hay detrás de toda esta situación? ¿Qué se esconde detrás de esta crisis? Qué queréis que os diga, cada vez hay más voces que argumentan motivos que van más allá de la simplista explicación económica, y cada vez hay más motivos para que yo me adhiera a ellas.

Alberto Martínez Urueña 1-03-2013

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