El método científico
y la comunidad científica no habla de opiniones. Eso es para el bar y los
amigos. La ciencia plantea hipótesis y las demuestra utilizando un método
fiable. Afirma cuestiones demostradas, pero también admite que hay cuestiones
sobre las que no ha podido encontrar evidencia. Es decir, la ciencia no
demuestra que algo no es cierto, eso es imposible, sino que indica que no ha
encontrado evidencias científicas de su veracidad. Por lo tanto, puede ser
verdad, pero no ha encontrado evidencias de su veracidad, lo que viene a ser
diferente. Otra cuestión es cuando, una vez aplicado el método científico,
puede afirmar que una hipótesis es cierta y, por lo tanto, irrefutable. O al
menos, si quieres refutarla, tienes que demostrar que no es cierta utilizando
el mismo método. De hecho, el método consiste en que más de un científico
alcance los mismos resultados y pueda refutar o confirmar la demostración.
Avancemos.
La práctica
totalidad de los estudios científicos demuestran los efectos beneficiosos de
las vacunas y su mínimo riesgo, que La Tierra es redonda y el sistema solar
heliocéntrico y que los procesos de conservación alimentaria no son dañinos per
se y no conviene beber leche cruda. Por desgracia, los antivacunas están
causando un gran problema de salud pública y se están intentando encontrar las
fórmulas para neutralizar sus perniciosos efectos. A la inmensa mayoría de
personas, normalmente con dos dedos de frente o más, no se nos ocurre ninguna
causa para negar a nuestros hijos una protección científicamente demostrada
contra enfermedades que han matado, y mucho, a lo largo de la Historia, y todos
nosotros estamos de acuerdo en que la salud es un bien a proteger. Un derecho
al que no deberíamos renunciar bajo ningún concepto. Entiendo que a la mayoría
de vosotros esto os parece más que razonable. Sigamos.
Los estudios
científicos también afirman con esa rotundidad suya que:
·
El cambio climático existe desde siempre, pero
el que estamos sufriendo en la actualidad es el más acelerado del que se tengan
datos y los indicadores afirman con un alto grado de fiabilidad que el origen
de este tiene un origen antropogénico.
·
La contaminación reduce de manera lenta, pero
inexorable, los años de vida.
·
Los ritmos circadianos afectan a la salud y varían
según la etapa de la vida.
·
La soledad no buscada es tan perjudicial como
fumar quince cigarrillos al día.
·
El estrés mantenido durante un periodo
excesivamente prolongado produce graves y variados trastornos de salud.
Y así puedo
seguir durante varios párrafos. Da la casualidad que me gusta leer las
secciones de ciencia de los diarios digitales y también me descargo programas de
radio de temática científica. Simplemente por saber cosas. Placer por el
conocimiento. Esto me ha servido para entender una cuestión básica: no soy ningún
experto así que lo mejor que puedo hacer es leer a los que sí que lo son y
corroborar la información por diferentes fuentes para evitar en la medida de lo
posible que me la cuelen. Por eso me fio de quienes afirman los anteriores
enunciados, tanto los de las vacunas como los del cambio climático o los del
estrés.
¿Por qué no
se hace nada al respecto cuando la ciencia habla? Por desgracia siempre hay
alguna justificación para mirar hacia otro lado cuando hablan los científicos.
Son señores con ese aspecto de raros, hablan entre ellos en términos que la mayoría
no entendemos y en no pocas ocasiones nos miran por encima del hombro como si fuésemos
retrasados mentales con los que no mereciera la pena gastar ni un minuto de su
tiempo. Por suerte, cada vez hay más de ellos que entienden la necesidad de
hacer llegar el resultado de su trabajo al resto de la ciudadanía, tanto para
concienciarnos de la importancia de los pequeños gestos como para cuestiones
crematísticas con las que poder desarrollar su trabajo. No podemos obviar que
llegar a los fines del sistema solar o descubrir vacunas contra el cáncer requiere
de unos instrumentos que suelen ser bastante caros. Además de un equipo de
investigadores que tiene la costumbre de comer todos los días.
¿Por qué no
se toman decisiones contundentes para solucionar todos estos problemas? Más
allá de lógicas elaboradas, creo que quienes podrían tomar decisiones que
atajasen los problemas que la ciencia afirma que tenemos no tienen verdadero interés
ni incentivos en llevarlas a cabo. Sus verdaderos intereses no pasan por
salvaguardar nuestro derecho a la salud, pasan por otras cuestiones. A partir
de aquí, que cada cual juzgue por sí mismo.
Alberto Martínez Urueña
16-09-2019
PD. No quiero
entrar en consideraciones políticas porque veo a todos los representantes
públicos queriéndome ganar para su causa, una causa que me supondría ver
enemigos en lugar de ciudadanos con los que ponerme de acuerdo, y esto me
produce una tristeza que no soy capaz de trasmitir en mis textos.
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