Hablo
sin pretender convencer a nadie, esto es lo que pienso.
No
estoy a favor de EH Bildu. Considero que un partido político que sólo ha condenado
la violencia de ETA en comunicados necesarios para entrar a formar parte de
gobiernos autonómicos, como en el año 2015, no merece crédito.
No
estoy a favor de ERC ni de JxC. No quiero que Cataluña se independice de España.
Directamente, no quiero que nadie vulnere las leyes salvo cuando sean leyes que
atenten contra la dignidad humana, y no creo que sea el caso.
¿Así
se acaba con el debate en la política española? Buscad en Internet “PP pacto
Bildu”. Hay sorpresas, curvas y derrapes sorprendentes. Básicamente, quiero que
no nos perdamos en los titulares que de manera continua y con intereses
espurios lanzan los líderes políticos. ¿El PP defiende los intereses de las
víctimas de ETA? Buscad las declaraciones de Consuelo Ordóñez al respecto de
Pablo Casado. ¿Qué Bildu vote lo mismo que el PSOE en Navarra deslegitima al
PSOE? Si votase en contra, saldría beneficiado el PP. Iríamos a la investidura
de Navarra Suma. Pero para que Navarra Suma logre formar gobierno, necesita la
abstención de Bildu o de Geroa Bai (que defiende la integración de Navarra en
el País Vasco y la independencia de éste). Ojo, o el voto favorable del PSN,
legitimando el argumento de que gobierne la lista más votada. Eso,
automáticamente, debería hacer presidente del Gobierno a Pedro Sánchez.
¿Y
con el tema de Cataluña? Más curvas. Buscar “Pacto del Majestic”. Buscad, sino,
información sobre los traspasos competenciales a las comunidades autónomas desde
el año 79. Buscad cómo se aprobaron, en según qué momento, presupuestos
nacionales o vascos, qué cesiones presupuestarias se otorgaron a Cataluña o el
País Vasco para infraestructuras del siglo XXI mientras otras regiones de
España tratan de sobrevivir con infraestructuras de mediados del XX. Esto me
afecta personalmente, sobre todo, cuando quiero ir a Cantabria y tengo que ir
por una autovía como la A-67. O si quiero ir a Gijón por la A-66. No digamos,
llegar a Soria. Por supuesto, esto es culpa tanto del PP como del PSOE. La
cuestión es que España está rota por mediación de los acusados, pero también
por mediación de los acusadores.
El
principal problema que tenemos en España es que tenemos partidos como PNV, ERC,
JxC, BNG y, por supuesto, Bildu, que son votados por cientos de miles de ciudadanos.
Se propone cada cierto tiempo, en plan Guadiana, ilegalizar partidos que tengan
en sus estatutos la idea de la independencia, incluso si lo defendieran de
forma legal. También se ha propuesto desde la derecha que gobierne la lista más
votada. ¿Por qué no ha legislado el PP estas cuestiones cuando ha tenido
mayoría absoluta? ¿Por qué digo el PP y no el PSOE? Porque el PSOE aboga por el
diálogo con todos los representantes de ciudadanos españoles. Diálogo dentro de
las leyes. Y, por lo tanto, no va en su programa ni en su ideario ilegalizar
ideas. Si no te gusta esto, no les votes.
Lo
siento, pero el discurso tanto del terrorismo como el del autonómico no permite
encontrar diferencias entre los dos partidos mayoritarios. Podría plantearme el
tema de Ciudadanos, pero del partido de la regeneración, de la ruptura de los
bloques políticos o de la tendencia económico-liberal ya no queda nada. Por
todos esos principios, debería estar dispuesto a dejar gobernar a Pedro Sánchez
para evitar el condicionamiento independentista. Lo que le demanda el sector
crítico de su partido o independientes como Manuel Valls y por lo que se han
largado algunos de sus mejores hombres. Ha asumido como propio el discurso del
PP y después de haber sostenido por responsabilidad al Gobierno de Rajoy, crea
coaliciones como Navarra Suma, sostiene gobiernos como el de Mañueco en Castilla
y León y se dispone a sostener al de Madrid o el de Murcia. Sólo VOX les puede
torcer el gesto, porque los fachas a lo mejor no regalan gobiernos a cambio de
nada.
Lo
siento, pero el discurso del terrorismo no me vale, y que España se vaya a
romper tampoco (ya está bien rota y no hay visos de que nadie quiera zurcirla),
así que tengo que sacarme las castañas del fuego por otros derroteros. Por
desgracia para mí, además, estos partidos políticos no hablan con ninguna
concreción de mis prioridades: nada de medioambiente, nada de transición
ecológica, nada de ciencia, nada de Educación o Sanidad. Miento, alguna vez lo
hacen, y sus ideas no me gustan.
Además,
por desgracia para mí, utilizan un lenguaje y unas formas que rompen por
completo las dos únicas ideas de mi propio argumentario, el núcleo básico de
mis propias ideas como ser humano: rechazo absoluto de cualquier forma de
violencia innecesaria (y su lenguaje y sus formas son visceralmente violentas)
y respeto al ser humano sea quien sea ese ser humano. Ya sé que la realidad es
complicada, que los ricos dicen que no hay dinero para todo y que si la abuela tuviera
pedales sería una bicicleta. Por desgracia para mí, esta falta de respeto y
este lenguaje agresivo e incendiario lo utilizan todos los partidos políticos,
porque, por desgracia para la inmensa mayoría de la ciudadanía, eso es lo que
más vende. Los nuevos dirigentes políticos, con ayuda de las redes sociales y
los medios de comunicación, han convertido la escena pública en un plató de Sálvame
Deluxe, y esto es por culpa de quien lo compra. Lástima que los temas de que se
trata en este caso no se solventen con un par de gritos de los tertulianos y
los aplausos de quienes les compren la moto.
Alberto Martínez
Urueña 3-07-2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario